ASCENSOR PARA EL CADALSO (adaptación)
ASCENSOR PARA EL PATÍBULO Noël Calef Ed. Molino, Barcelona, 1958 En los seres débiles, la ostentación hace oficio de voluntad. Julián había decidido intentar la aventura. Bajaría a lo largo de los cables. El recuerdo de los éxitos escolares en gimnasia le animaba. El profesor citaba generalmente a Julián como ejemplo para los ejercicios en la cuerda. Volvió, sin embargo, la espalda a la brecha abierta a sus pies, levantando su abrigo. Aspiró a fondo, se sentó con las piernas colgantes y luego se dejó deslizar por la abertura. La sensación de vacío debajo le aturdió y tuvo que apuntalarse sobre los codos hasta que venció el vértigo. Procuró convencerse de que las reducidas dimensiones de la cabina ponían a su alcance las paredes del pozo. Echado hacia atrás, quiso tocar la pared con los pies. No estaba demasiado lejos. Se mordió los labios. Había que decidirse. Afortunadamente se sentía en forma. Lentamente, su busto y su cabeza desaparecieron por el agujero. Colgado de las mano