JUEGOS SECRETOS (Crítica)

JUEGOS SECRETOS
Director: Todd Field
Intérpretes: Kate Winslet, Jennifer Connelly, Patrick Wilson
Basada en la novela de Tom Perrota
USA, 2006

El que no esté libre de obsesiones, que tire la primera piedra… Y el mundo acabó lapidado.

Todd Field nos presenta su nuevo trabajo, Juegos secretos, adaptación de la aclamada novela de Tom Perrota, pero en la que según sus guionistas, el propio director y el propio escritor, trabajaron con la intención de realizar una obra totalmente independiente de la novela original. “Cuando Todd y yo comenzamos a colaborar en el guión, queríamos hacer algo nuevo, odio la simple reproducción de libros en las películas” cuenta Perrota. “Para mí, como novelista, lo atractivo de poder filmar la adaptación era precisamente la oportunidad de re-imaginar mi libro, de explorar nuevas posibilidades en los personajes y en la historia”.

Por su parte, Todd Field, que ya nos demostró en su film En la habitación su valía cuando se trata de contar dramas íntimos, vuelve a sacudirnos con otra historia de las que suenan a Oscar. Vidas cortocircuitadas que se mezclan de forma peligrosa en esas oprimidas y reprimidas comunidades, de cualquier tiempo, de cualquier lugar.
Kate Winslet, que difícil lo tiene para hacerle sombra a La reina en la carrera de las estatuillas, encarna a la joven Sarah, atrapada en una tesis de literatura sin acabar, en un matrimonio equivocado, en una maternidad sin vocación. A su lado aparece el atractivo Patrick Wilson, dando vida al rey del baile, un abogado sin oficio ni beneficio, un Rodríguez que hace las veces de padre porque es su mujer la que sale a cazar bisontes, y que vendrá a remover las conciencias de las madres que se encuentran en las mañanas de parque y en las tardes de piscina.
Mientras la comunidad políticamente correcta, juzga la vuelta de un exhibicionista, mostrando su repulsa y su hostilidad en todas sus variantes, asistimos a los juegos ocultos de esos que practican los mayores cuando creen que no les ve nadie: infidelidades y perversiones siempre difíciles de reconocer e imposibles de confesar.
Al final, la cosa acaba como tiene que acabar en las historias Made in Usa, con el policía redimido, el culpable asistido, la comunidad satisfecha, la historia de amor fallida… porque la pequeña gran diferencia que existe entre la pareja infiel es que él sí eligió a la esposa perfecta.

Juegos secretos, que se abre con un movimiento de cámara en el que se nos enseña decenas de relojes y de muñequitos de porcelana, se cierra con ese mismo movimiento de cámara en el que se nos enseña cómo ha quedado todo destrozado, y es que ya hemos aprendido con el cine, que cuando el tic-tac de la cotidianidad huele a hastío y a tedio, bien sabemos que algo está a punto de ocurrir. Disfrútenla.

PUBLICADA EN www.supernovapop.com , FEBRERO 2007

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