UN PUENTE HACIA TERABITHIA (Crítica)

UN PUENTE HACIA TERABITHIA
Dirección: Gabor Csupo
Interpretación: Josh Hutcherson, Anna Sophia Robb
Guión: David Paterson
Basado en la novela de Katherine Paterson
USA, 2006

Cierra los ojos y abre tu mente… pero bien.

Hay realidades que no parece que caben en los estómagos y necesitan ser contadas… La pérdida de tu mejor amig@ en la infancia puede ser una de ellas. El drama, llega tarde a la pantalla porque ya lloramos lo suyo en My girl (Howard Zieff, 1991) cuando a Macaulay Culkin le picaron las abejas, pero es igual, si hay que llorar otra vez, se llora.

De todas formas, algo les está pasando a los infantes del mundo, de nuestro mundo, claro, el del desarrollo, no a los infantes del mundo de la supervivencia que bastante tienen con echarse un puñado de arroz al ombligo hinchado (y seguro que aún hay algún bienpensante que cree que es cuestión de tiempo y de buena voluntad que los niños negros del África puedan vivir algún día como los niños suizos de Europa).

Lo cierto es que desde las sagas de los anillos y el mago de las gafitas, de vez en cuando nos llega una de esas historias que se acaba calzando miles y miles no sólo de lectores sino de espectadores en potencia. Y de aquellos barros y aprovechando el tirón del género fantástico, vienen ahora estos lodos.

No es de extrañar su triunfo. Un puente hacia Terabithia reúne muchos de los escapes infantiles que a todo niño “desarrollado” se nos ha pasado por la cabeza: la casita en el árbol, poder volar, desarmar a los abusones, princesas y monstruos, la amistad desinteresada e inocente entre chico-chica cuando aún no se ha embadurnado con el sexo, y la conquista de nuestro propio reino en el interior de un bosque mágico. Era cuestión de tiempo incorporarlo a las realidades a través de las 2D y 3D creadas por el ordenador.

Katherine Paterson, la escritora norteamericana que publicó el libro a finales de los años 70, confesó haber creado la historia tras la experiencia de su propio hijo ante la pérdida de su mejor amiga. Ahora es David Paterson quien ha reactualizado la historia creando un guión resultón que el debutante director Gabor Csupo, famoso animador, candidato a los Óscars y galardonado con un Emmy (Rugrats en París y Los Thornberrys) ha sabido sacarle el mejor de los tonos. Sólo faltaba el encuentro con los productores de Las Crónicas de Narnia y una sobrada interpretación por parte de actores y actrices: a Josh Hutcherson ya le habíamos visto en Jumanji (Joe Johnston, 1995), y a Anna Sophia Robb acompañando a Johnny Deep en Charlie y la Fábrica de Chocolate (Tim Burton, 2005).

Lo dicho, cierra bien los ojos, lo suficiente para que ningún problema de tu mundo pueda perturbarte en la sala, y abre bien la mente, lo bastante para creer, como nos enseñó el Principito, que en el caja había un cordero.
PUBLICADA EN www.supernovapop.com, MARZO 2007

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