MI HERMANO ES HIJO ÚNICO (Crítica)

MI HERMANO ES HIJO ÚNICO
Dirección: Daniele Luchetti
Interpretación: Elio Germano, Ricardo Scamarcio, Angela Finicchiaro
Coproducción: Italia-Francia
2007
100 min


En la década de los 60 Italia sufría una revolución social, política, económica y también, agónica. En una provinciana y triste Sabadia viven dos hermanos: Manrico (Ricardo Scamargo) que representa al líder local de la izquierda, y Accio (Elio Germano) un adolescente rebelde y problemático en busca de un poco de acción y que se une al partido neofascista sin demasiada convicción, pero con la energía de los que saben que van a contracorriente. Entre ambos aparecerá la novia, seducida primero por la izquierda, y luego, por la derecha.
Del director y guionista Daniele Luchetti nos llega la adaptación de “il fasciocomunista” de Antonio Penacchi, bajo el título Mi hermano es hijo único. Ya en su ópera prima Mañana sucederá (Domani accadrà, 1988) el italiano planteó temas políticos, sociales y filosóficos con mucha ironía, presentándonos una especie de road movie por la Toscana del XIX de dos desertores del imperio austrohúngaro, suma de situaciones memorables y de personajes excéntricos.

En Mi hermano es hijo único, Luchetti arremete con humor contra tirios y troyanos a diestro y a siniestro, recordándonos la irrealidad del centro moral e ideológico (o se está a favor del pecado o de la virtud, o a un lado de la zanja o al otro), que uno puede ser leal pero no incondicional; que Italia, como España, siempre fue tierra de fanáticos y que a veces positivamente, han sido éstos los que han removido las conciencias de la gran masa floja y mansurrona. Sabemos de repúblicas siniestras que parecen dictaduras y de monarquías que garantizan en cambio la libertad individual. Y es que aquella izquierda -la de la película- basada en la lucha de clases, parece ahora errática en medio de una especie de mesocracia, de difusa clase media, y se agarra contranatura a nacionalismos y marginalismos hacia la deriva separatista, el guerracivilismo, y si apuramos, la secesión. Y luego está la derecha, dicen que ahora en el centro, -un centro igual de difuso que la clase media-, pero no facha sino liberal, que reaccionan contra los señoritos progres, porque ellos se suponen que ya no son señoritos ni progres, claro, pero tampoco carcas…mmm

Al final resultó, que los dos hermanos no eran tan diferentes.

Pero dijo Jesús: a los tibios de corazón Dios los vomitará de su seno.

Así pues… absténganse de ir al cine los tibios de corazón.





Publicada en http://www.supernovapop.com/, diciembre 2007

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